Fomentar el comercio local, promover el consumo responsable y
reestructurar la relación productor-consumidor son las bases de la feria
alternativa de Urandén. Una propuesta que surgió de un grupo de productores y
productoras de la rivera del lago de Pátzcuaro.
Al hablar de economía solidaria se hace referencia a un modelo socio
económico en el que hay un intercambio justo entre productor y consumidor, una
práctica cooperativa y no de competencia; esta filosofía se interesa también
por el cuidado del medio ambiente y el entorno social.
Es una feria porque la idea es que los visitantes no solo adquieran
sus productos sino que se la pasen bien, se queden, convivan, coman rico y
participen en los diferentes talleres y presentaciones artísticas.
Al hablar con Lucas Anzan, uno de los organizadores, le pregunté
cómo había surgido la idea de la feria y me comentó lo siguiente: “varios
productores nos dimos cuenta que en la región se producían varias cosas
interesantes pero no había un lugar donde pudiéramos comprarlas directamente al
productor. Aunado a esto, y un poco hartos de la presencia de las
trasnacionales y la crisis económica, vimos que podíamos hacer algo y tuvimos
la iniciativa de juntarnos, organizarnos y empezar con este proyecto que es
totalmente independiente y colectivo, estamos en el marco de la auto-gestión:
nadie gana dinero con la feria. Cada productor cuando termina su venta aporta
un 10% de esta y va a una caja colectiva que sirve para invertir en promoción,
lona, equipo de sonido y dar algún apoyo a las personas que vienen a dar los
talleres y las muestras artísticas. La feria inició a finales de octubre del
2010 en Arócutin con 35 productores, afortunadamente tuvimos buena respuesta
pero por el espacio y otras necesidades tuvimos que cambiarnos a Erongarícuaro
y finalmente a la isla de Urandén donde nos hemos reunido hasta 80 productores
y productoras”.
Lo esencial de la feria es vender productos 100% michoacanos y
producidos localmente. ¿Qué se encuentra? Medicina alternativa, productos
naturales (miel, mermelada, pan, tortillas, lácteos) frutas y verduras
orgánicas, cerveza artesanal, aromaterapia, obras de arte (libros, cuadros, pinturas),
cerámica, ecotecnias, productos reciclados, artesanía (platería, bolsos,
bisutería, cojines, artículos de fibra de coco, cuchillos, ropa), plantas
medicinales y de ornato, abono orgánico y lombricomposta, cosmética natural, masajes,
comida tradicional, casera y música en vivo.
Otra propuesta de esta feria es el intercambio de bienes mediante el
trueque triangulado, que usa las “tunas” como una moneda alternativa al dinero
nacional y que sustituye al trueque más básico en el que dos personas cambian
un bien por otro. Con las tunas se intentó resolver la limitación de: “yo si
quiero lo que ofreces pero a tal vez a ti no te interesa lo que yo ofrezco”.
La feria se realiza el primer domingo de cada mes en el embarcadero
de la isla de Urandén desde las 10 de la mañana hasta las 5 de la tarde. Para
llegar desde Pátzcuaro, hay que tomar la carretera hacia Erongarícuaro, entre
Huecorio y Tzentzénguaro, aproximadamente a 4 km de Pátzcuaro hay una desviación
a mano derecha que dice URANDÉN.
Es importante que la gente sepa que
la participación es totalmente abierta, entra quien quiera y es
voluntaria. Si algún productor o productora se interesa en participar no es
complicado, solo hace falta ponerse en contacto con alguno de los organizadores
presentando lo que se quiere ofrecer, eso sí, el producto tiene que cumplir con
el requisito de ser un producto local, de calidad y amigable con el medio
ambiente.
Con relación a la comida que se vende, una organizadora me dijo: “tratamos
de que no haya desechables en la venta de comida, invitamos a la gente a que
traiga su plato con cubiertos. Igualmente el objetivo de esta feria es
educativo, es decir que entre todos y todas nos volvamos conscientes de la
importancia del apoyo a la economía local, del cuidado del medio ambiente, de los
beneficios de nuestra salud al consumir frutas y verduras orgánicas (libres de productos
químicos), de la revalorización del trabajo artesanal y del uso de ecotecnias
como medidas alternativas para reducir el consumo de energía evitando la
dependencia a los combustibles fósiles”.
Sin duda esta iniciativa es un ejemplo para darnos cuenta que, si
queremos, podemos mejorar nuestra calidad de vida y la de nuestra comunidad al poner atención en los productos que
consumimos y de quienes los adquirimos. Asistan a este encuentro el primer
domingo de cada mes en el muelle de Urandén.
Gisel Gómez Cendejas
Fotografías
Gisel Gómez Cendejas
Alma María Rinasz: Nänä Collective