QUE HAY DE LA FUENTE DE LAS TARASCAS

Gracias por llegar a este espacio. Creer en la posibilidad de echar a volar nuestra imaginación por medio de  un escrito o a través de nuestros oídos me ha hecho participar en radio nicolaita y crear este sitio.

En esta edición pensé en conocer no un lugar sino la vida de un personaje que nos llevara a ver parte de nuestro día a día bajo otra perspectiva; digo esto porque me pregunto si alguien de ustedes no ha estado frente a la fuente de las tarascas un monumento que es símbolo de nuestro centro histórico.

Si quieren conocer la representación de esta obra, ver de que va el arte de la escultura y la vida de este gran artista los invito a leer este artículo.  

Un talento que se vive a nuestro paso...

José Luis Padilla Retana es quién esculpe una de las obras más reconocidas en la ciudad de Morelia, la fuente de las tarascas. Tanto esta como muchas de sus obras se encuentran en plazas o recintos históricos no solo de nuestra capital sino de varios estados de la república y de algunos otros países como Argentina, Cuba, Estados Unidos, España entre otros. Su estilo es principalmente realista-clásico con bustos, escultura ecuestre, taurina, monumentos del bicentenario y trofeos principalmente.

Una de sus primeras pasiones fue la fiesta taurina; llegó a ser matador con el triunfo  en dos temporadas en la plaza monumental de México. Al paso de los años dejó la tauromaquia y continúo sus estudios en la antigua Academia de San Carlos de México en la Escuela Nacional de Artes Plásticas. Otra de sus inquietudes, su gusto por la motocicleta en campo traviesa, le hizo tener un momento trascendental en su vida. Un día de aventura al salir en su moto sufrió un accidente. Esto lo dejó en cama con fracturas que le impedían moverse; durante el periodo de recuperación recibió la visita de un amigo quien le pidió que aprovechara su tiempo. Le dijo que no permaneciera  sin hacer nada y le dio un pedazo de cera para que realizara algo él. La figura, resultado de su creatividad,  gustó mucho.

Tiempo después de haberse recuperado del accidente, concursó  a nivel nacional con una obra de un toro bravo y ganó este concurso. Esta obra se coloco en Chapultepec como un monumento al toro bravo. Comenta el maestro Retana que él buscaba transmitir esa expresión de fuerza y pujanza del toro que recordaba en su época de matador. Cabe mencionar que durante el tiempo que trabajó en esta obra se ausentó de su trabajo como profesor y en el momento que decidió regresar ya no le fue posible, su jefe le dijo que su lugar estaba en la escultura y que debía tomar ese camino. Él recalca que en ningún momento había pensado que el mundo del arte fuese un medio para vivir. No confiaba en poder dedicarse a esto pero un tanto obligado aceptó y comenzó a buscar los medios para desarrollarse en este ámbito.

QUE HAY DE LAS FUENTE DE LAS TARASCAS

En 1981 el Ing. Luis Martínez Villicaña gobernador de Michoacán pidió la escultor Retana que realizara la fuente de las tarascas para sustituirla por la que en esa entonces había. Los motivos fueron que las antiguas eran muy coloridas hechas de cemento y no respetaban el marco de la arquitectura del centro histórico. Entusiasmado comenzó a buscar modelos de la mujer indígena de nuestro estado y fue en la ribera del lago de Pátzcuaro donde junto con su esposa y a través de un lente captaron el mejor rosto.

Trabajó durante 6 meses en esta obra cuidando mucho las facciones del rostro y la armonía del cuerpo para plasmar la autenticidad de la mujer indígena. Para el 18 de mayo 1982 se hizo la revelación con un desfile por motivo del aniversario de Morelia. Contrario a lo que se ha especulado desde entonces, lo único que sucedió con la fuente que se encontraba anteriormente  es que fue trasladada a una bodega y ahora es la que se encuentra en el recinto ferial de la ciudad.

Al preguntarle acerca de la representación de las tarascas nos dijo que la primera idea fue hacer un monumento para el visitante porque en la época de los purépechas cuando venía algún grupo de otros lugares a visitarlos se les ofrecía sus mejores manjares con sus frutas de la región como el elote, el aguacate, la manzana entre otras. Éstas van puestas en la jícara  que sostienen con sus manos las tres mujeres.

Después de contarnos cómo fue que realizó una de sus obras más reconocidas nacional e internacionalmente nos habló de todo el proceso que lleva realizar una escultura. Desde el momento en que recibe la idea de lo que se va hacer hasta su fundición. Comentó que debe  mucho a su esposa quién lo apoya con la investigación del tema a desarrollar, su equipo de trabajo también es parte importante en el éxito de este arte porque sin ellos, definitivamente le sería difícil completar sus obras.

El maestro Retana comienza con los trazos en un dibujo afinando todos los detalles de cómo va formada la figura. Comienza a modelar en escala pequeña con una cera que se combina con otros materiales para lograr la elasticidad; después pasa a plastilina con las proporciones reales del modelo y de la plastilina se saca un molde de hule, silicón o yeso y una vez sacado el molde se hace el vaciado de la cera y se hace la fundición. La técnica que realiza para quemar la cera se llama “cera pérdida” y es la etapa final para llega al vaciado de metal que regularmente es en bronce. El bronce lo que va a hacer es llenar el hueco que se quemó a través de la cera perdida. Así, es como quedan sus obras listas para ser colocadas.

Una música de fondo que acompañe a su trabajo y estar en silencio es la combinación perfecta para trabajar en sus obras. Reconoce la tenacidad, esfuerzo y pasión que caracterizan su labor e invita a todos a luchar por sus ideales y creer en ellos mismos.

Gisel Gómez Cendejas